Después de tantos obstáculos, de tantas complicaciones, de momentos de desánimo, de miedo, de nervios... Crucifixión ha llegado a su fin. Hoy, el día después, estamos todos agotados, resfriados por el frío que hemos pasado, pero con una sensación de que nos falta algo. Tendremos que esperar nueve meses para volver a empezar. Me quedo con los buenos momentos compartidos con ese centenar de personas que forman la familia de CRUCIFIXIÓN.