El flamenco en Crucifixion

El origen de crucifixión es el flamenco, los guiones que Pepe Pérez escribía para la exaltaciones de saeta y que eran representados en el escenario de la Peña Flamenca “El Aljibe”, su Peña. En aquellos guiones, lógicamente la acción dramática ilustraba  o adornaba el desarrollo musical del espectáculo, todo flamenco, eje  alrededor del cual giraba los demás elementos: textos, historia sagrada, interpretación, etc.  En Crucifixión, permanecen ahora cinco cantes que nos recuerdan el origen de la representación y constituyen un homenaje a la Semana Santa andaluza. Las cantaoras de Pepe, nuestras dos cantaoras locales: Angelita y Asun, Asun y Angelita. Sin ellas no se hubieran podido poner en pie, tal y como Pepe quería,  los guiones de “Crucifixión”, “Libertad, libertad, libertad”, y tantos otros. Hay quien nos ha sugerido que el flamenco sobra en este espectáculo, cosa que no queremos ni oír. Por suerte, las cantaoras siguen con nosotros, evidentemente menos atendidas en el tema de cante, que cuando Pepe asistía a los ensayos, paro haciéndolo como ellas saben y mientras sea así el flamenco ha de estar presente y conjugado a la perfección con la música sacra, ilustrando pasajes, sentimiento popular, desgarro y tragedia.


LAS BIENAVENTURANZAS POR PETENERAS
Las letras de este palo flamenco suelen ser tristes y se interpretan de forma lenta y llena de sentimiento, aunque existen versiones antiguas con ritmos menos sombríos. Angelita desgrana las Bienaventuranzas, al final del sermón de la montaña  y, aunque la cadencia de este cante tiene en ella un toque muy sentimental, la letra es gozosa y llena de esperanza. Para algunos las raíces de este cante son judías lo cual,  nos viene muy bien.
LA DESAZÓN POR JESÚS DETENIDO EXPRESADA POR TIENTOS. 
 Los tientos son un cante flamenco de ritmo muy lento. Los tercios se alargan y el compás se ralentiza. Sus letras  suelen ser patéticas, sentimentales y sentenciosas. Asun se lamenta tras la detención de Jesús: “El pocito de agua dulce/ donde Él beber solía/ viendo tanta injusticia/ salobre está de por vía”. De esta forma tan sencilla, pero tan honda (o jonda) se lamenta Asun, que los ensayos en  que está  inspirada más que cantarlo,  llora este cante.
JESÚS CONDENADO A MUERTE. TRAGEDIA POR DEBLA Y MARTINETE.  
Son cantes  derivados de la Toná, el más primitivo de todos. La palabra debla, en lengua caló, significa diosa. Como cante, está emparentada con el martinete y la carcelera, originarias del mismo tronco: romance-corríos-tonáAsun asiste a  Angelita, marcando el compás golpeando un yunque de herrero con un martillo. Es una visión de gran fuerza que aporta dramatismo a la letra que desgrana la cantaora.

SAETA AL PASO DEL NAZARENO.
La saeta es un canto religioso que se interpreta durante el transcurso de las procesiones de Semana Santa y tiene su origen en el folclore andaluz. Se trata de una melodía de ejecución libre, llena de lirismo y de influencia árabe. Exige conocer el estilo del cante jondo propio de la tradición musical del flamenco. Jesús aparece en el arco de entrada de la iglesia. Su silueta se recorta sobre los tejados y el cielo nocturno de Carcabuey. El silencio, sólo alterado por los quejíos del Nazareno y por algún que otro sollozo del público,  se puede cortar.  En este contexto, como en la más tradicional procesión andaluza, desde el balcón de los barandales del presbiterio, Asun desgrana la saeta.

EL PUEBLO SE REBELA CONTRA LA SENTENCIA EN UNA SAETA DIALOGADA POR CARCELERAS.
Las carceleras se cantan al son de los martillos en la fragua, y eran propias de los presidiarios. Su asunto es el llorar, mejor que cantar, las fatigas, trabajos, y los tormentos y durísimos castigos que pasan los pobres presos, condenados a cadena y a otras penas. Pilatos condena a muerte a Jesús. El pueblo se alborota. De sus filas salen dos mujeres y lanzan estos quejíos que ponen el vello de punta. Contar con las posibilidad de hacer este cante, aunque sólo sean dos estrofas no deja de ser emocionante, un cante que surgía espontáneo entre el pueblo y se ejecutaba  a pie de calle ante la imagen. ES tan primitivo que nadie lo hace ya y tampoco se encuentra bibliografía sobre él, siendo uno más de los enigmas del flamenco.

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